Cuando yo era niña tenia vestidos especiales para el domingo, para ir a la iglesia. La iglesia era un lugar donde nos encontrabamos con otras personas, cantabamos y escuchabamos una misa que no entendiamos. No la entendiamos porque el sacerdote no hablaba bien español y tenia un acento terrible ademas era tan aburrida. Probablemente esta fue una razon por la que cambie a otra denominación. Desde entonces el catolicismo ha cambiado y ahora casi no hay diferencia entre los servicios de protestantes y catolicos. Pero las doctrinas no han cambiado, las diferencias filosoficas estan alli.
Volviendo al domingo, en domingo la comida era diferente, la siesta mas larga, las charlas, historias y chistes con mis padres mas prolongados. El domingo era tiempo de Dios y de familia. Ya no tengo mas vestidos de domingo, mi familia esta lejos, voy a la iglesia y entiendo los mensajes, los medito, canto con mas devocion y trato de estar mas atenta a todo.
Extraño el domingo en mi pueblo en Latinoamerica. Extraño las hamacas, las sopas de pollo, las actividades familiares, pero mas que todo extraño ni niñez y la familia que existio en aquel punto del tiempo. Ya esos domingos no existen, pero el sabath aun esta aqui y la rutina aun se rompe.
Es importante romper al rutina diaria y crear un tiempo especial solo para Dios y lo que el manda, sin hacer esto podriamos dejar de hacer lo que es mas importante para hacer lo urgente.
